El sol es fundamental para la vida y nuestro bienestar, en dosis adecuadas tiene efectos muy positivos.
Todos necesitamos que el sol incida sobre nuestra piel, entre los beneficios que aporta a nuestro organismo destacando los siguientes:
- Mejora en la respuesta muscular y estimula las terminaciones nerviosas.
- Disminuye la presión sanguínea y baja el Colesterol.
- Incrementa la respuesta inmunológica.
- Reduce las infecciones respiratorias y mejora la respiración con asmáticos.
- Incrementa la hemoglobina de la sangre, mejorando la capacidad cardiovascular.
- Promueve la síntesis de vitamina D para calcificar huesos, absorbiendo mejor el calcio.
Sin embargo, una exposición prolongada y sin la protección adecuada al sol, puede ser el peor enemigo de nuestra piel causando los siguientes efectos nocivos:
- Aparición de eritemas y quemaduras de primer y segundo Grado.
- Cáncer de piel y otros trastornos cutáneos.
- Trastornos de la vista.
- Envejecimiento prematuro de la piel, manchas y alteraciones del ADN celular.
- Inhibición del sistema inmunitario.
PROTEGERSE CORRECTAMENTE PERMITIRÁ OBTENER TODOS LOS BENEFICIOS, EVITANDO LOS RIESGOS.
FACTORES DE PROTECCIÓN
- En las primeras exposiciones al sol no debe utilizarse un factor de protección solar inferior al 15.
- Siempre Factor muy alto (50+) en las pieles claras, niños, deportistas, embarazadas y en días de alta intensidad solar.
- Quemas siempre resistentes al agua.
- Algunos medicamentos aumentan la fotosensibilidad de la piel, con estos casos se incrementaría el factor de protección solar.